Rufino Hernández
martes, junio 20, 2023
LOS CREADORES DEL PROBLEMA SE EXHIBEN COMO LOS SALVADORES DE SUS PROPIAS INIQUIDADES
lunes, mayo 29, 2023
De Churchill a Vox
Rubén de la Peña
Churchill, aquel político conservador, con aspecto de gángster que supo enfrentarse a los nazis cuando los nazis supusieron una amenaza para las tradiciones británicas fue claro y directo: “Pudiste elegir entre la guerra y la deshonra y elegiste la de deshonra”. Se lo dijo a Chámberlain, Primer Ministro en 1938, a su regreso de Múnich tras firmar un acuerdo con Hítler. Bajaba de un avión con un triste papel en su mano, un documento ajado y movido por el viento, mojado por la tormenta. Allí, estampada, la firma de Hítler se emborronaba con el agua de lluvia en un tratado infame, que aquel no respetaría. Mientras, el primer ministro, nervioso, lo mostraba a los periodistas como un tenor enseña la cabeza de un dragón de cartón piedra en las óperas de Sigfrido.
Ciertamente, aún no son los tiempos en blanco y negro de la primera mitad del siglo veinte, ni Vox tiene el acento criminal de Hítler, pero me cuesta negar alguna similitud. Hoy, 29 de Mayo, Cristina Ayala presenta como un triunfo el que… ¿Que tiene que ceder a la extrema derecha para, no ya ser alcaldesa, sino arrebatar la alcaldía al candidato socialista? ¿Es esa su victoria? ¿Que gracias a la extrema derecha el Partido Popular (pese a lo que opinen sus compañeros en Estrasburgo) va a recuperar parte del gobierno de la ciudad?
Quizás peque de catastrofista. Pero esperemos que aquellos años que siguieron al descenso de la escalinata del avión que devolvió a Chamberlain al Reino Unido no se repitan y que tras la deshonra no venga la guerra. Pero no puedo negarme frontalmente a reconocer un gesto de victoria en una cesión a la extrema derecha. En este chance solo gana Vox. Yo, a la espera del verso de un nuevo Bertolt Brecht, pondré mis barbas a remojar.
jueves, octubre 27, 2022
VIRGILIO, EL ATENEO Y SU HIJO EL PERDIGÓN
HERMANAS MAZUELA
Yo a mi padre le conocí, como quien dice, ¡¡a los 18 años!! Antes no entendía gran cosa de lo que significaba lo que hacía: esas miles de horas dedicadas a "sus labores", esos cientos de personas variopintas que pasaban por casa... y más tarde, todo fue encajando. En diversas organizaciones trabajé con los principios de consenso y horizontalidad y entonces comprendí que los fundamentos eran los mismos que el asamblearismo y la autogestión. Así me di cuenta que son parte de mi ADN y que por eso me siento tan incómoda con las estructuras jerárquicas que impiden que avancemos como seres humanos. Y creo que nos pasa a las cinco hermanas, que sin saberlo es de lo que hemos estado siempre huyendo. Pero Virgilio tenía innumerables hijas y sé que su legado lo compartimos con muchas de vosotras.
Ahora nada mejor que compartir sus propias palabras para rememorar la esencia del Ateneo. Estos textos los he extraído de las memorias en las que estuvo atareado los dos años antes de dejarnos y de una entrevista que le hicieron en El Correo de Burgos. Creo que explican muy bien lo que fue su motor de vida desde dejó la empresa para hacerse funcionario:
"El Ateneo fue durante muchos años un enigma para esa mayoría ciudadana que cree lo que ve y poco más. Por lo que oían o leían aquel local era cobijo, refugio o sede de alevines de anarquistas, de cristianos asilvestrados, deslocalizados sociales, escolares liberados y en todo caso inquietos, rebeldes y curiosos por todo lo que se movía. Este batiburrillo humano fue, según sus gustos y ganas, aglutinado alrededor de algunas ideas socio-culturales y así nacieron grupos de ecologistas, pacifistas, objetores de conciencia, asambleas de parados. Y en otro orden de tendencias surgieron las nuevas expresiones artísticas: grupos de poetas, pintores, cinéfilos o aficionados a “las músicas del tiempo” Todas las actividades presididas por los principios de autogestión y asamblearismo que impulsaron desde sus inicios, los fundadores del Ateneo”.
"Lo creamos para demostrar que la autogestión puede ser la forma de organización de la sociedad futura, e incluso sirvió de modelo a una empresa”.
“Cuando la autogestión se convirtió en la automoción, porque la aspiración principal de la gente empezó a ser comprarse un coche, el Ateneo lo reconvertimos en algo eminentemente cultural. Yo creo que el Ateneo se convirtió en un punto de referencia, de la democracia cultural hacia la cultura democratizada, pero para mí lo más bonito de todo es la historia de los hombres y mujeres que han pasado por el Ateneo, queriendo hacernos más "humanos" cultivando una conciencia crítica y una integridad como personas. Yo creo que al menos a un 25% de la gente que ha pasado por allí, El Ateneo les ha dejado huella".
Sobre El Perdigón, uno de los hijos o nietos del Ateneo, mi hermana Rosario se ha encargado de describir lo que significó para él:
Nos hubiera gustado que estas palabras tuvieran el tono y el timbre de Virgi, pero no puede ser. Sólo desde nuestra propia voz podría ser sincero.
"¿Quién hay en el salón?" Girando el cuello desde el extractor de humos Chari responde: "Papá con sus amigos, esos que son un poco radicales y exaltados y que hacen una revistilla".
!Honor y Gloria! -pensábamos nosotras- !Cómo mola mi padre!
El siglo XXI empezó y las nubes bien cargadas de datos no empezaron a llover y la tierra siguió girando, más rápida pero girando. En casa sí hubo algunas descargas eléctricas que sacudieron las células de algunas de nosotras y también de él, que le vio las orejas al lobo a pesar de que siempre andaba escondiéndose detrás de los árboles. Es posible que no fuera una casualidad y esa frágil situación vital le impulsara a una nueva aventura, una startup intelectual de corte mucho más arriesgada que las de Sillicon Valley. Aventura intelectual que reposaba sobre performances puntuales (como la toma del cubo de San Lesmes, con bandera y tienda de campaña incluidas, simulando la toma de la isla de Perejil). Junto con sus amigos, entre otros, Barredo y Rubén se habían posicionado con esta revista ante las situaciones injustas, que abundan, que aplastan. No había más que entrar y saludar a los de la reunión y veíamos las chispas que saltaban de sus ojos: una mirada radiante, pícara que hacía ver que estaba disfrutando de lo lindo. Los ojos ágiles corrigiendo papelitos inmundos, incomprensibles fueron un gran impulso para su gran grito final. Con El Perdigón Virgi rejuvenece, recupera la adrenalina y habla sin tapujos, arropado por unos colegas aún más frescos y corrosivos. Ahí se siente seguro, en ese coro de rugidos. Honor y Gloria.
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