domingo, junio 08, 2014

La republica también sin ira

por Titos
Estos días se ha desencadenado de nuevo el debate sobre la forma de gobierno entre monarquía y república, un tema nada baladí como muchos pretenden. El sentir republicano tiene larga tradición en nuestro país, algunos lo guardan en el armario aunque nunca lo enseñan, como el Partido Socialista. Pero sí, una semilla que algunos historiadores la remontan al siglo XVI con la guerra de los Comuneros y aparece como una reivindicación continuada desde el siglo XIX, con breves plasmaciones reales que se vieron abortadas por sendos golpes de Estado. Sin embargo, hablar de República en España suscita aires que remueven el pasado, se vuelve a fragmentar en dos grupos la sociedad y uno de ellos “ha de herirte el corazón”, pues te encuentras en el bando opuesto como verdugo o como víctima. Falta un debate sereno donde se haga abstracción de la persona que sustente la corona, pero desde los medios de comunicación se ha bombardeado estos días a los lectores y oyentes con tantas loas insistentes y melifluas sobre la Casa Real que se la ridiculiza y empalaga. Se trata de adoptar una opción con rigor y no por devoción. 
Por mucho que algunos se obstinen, entre monarquía y democracia hay una contradictio in terminis: o la soberanía reside en el pueblo o es el gobierno de uno. No obstante, más allá de las palabras existen también consideraciones constitucionales en las que se muestra discordancia profunda: el hecho del que el Rey sea inviolable y no esté sometido a responsabilidad de sus actos son incompatibles con una reclamación democrática, además de un cargo hereditario al que se le entrega sin mayores cautelas el mando supremo de las Fuerzas Armadas y el arbitraje de las instituciones, o al regente en su caso. Incluso se debe contemplar la posibilidad de un cese cuando algunos de sus actos sean impropios del cargo, hace unos meses el Presidente de la República de Alemania cesó por hallársele en un falta, ahí no valió pedir perdón. La monarquía es una forma de gobierno que surge de época medieval, a medida que los pueblos van adquiriendo entidad en su forma de gobernarse se equipan de repúblicas democráticas. Pueden argüirse que en otros Estados europeos también hay monarquías y son maduros, pero también en ellos los reyes encuentran ciertas réplicas y rechazos. 
Se atribuye al Rey el haber traído la democracia a España, no es cierto. El primer Presidente de Gobierno que nombró el Rey fue Arias Navarro, el mismo que dejó el General Franco, por entonces España era el país que más huelgas registró en el mundo, millones de españoles salimos a la calle y reclamamos nuestro protagonismo por mayor acción en ese aspecto. El Rey se vio en la tesitura de devolvernos la democracia, era nuestra. Sobre el 23-F del 1981 muchos investigadores señalan al Rey como el urdidor de la trama; la versión oficial nos ponen como dogma de fe las conclusiones dictadas por un tribunal militar donde todavía existen muchas sombras por aclarar, como la trama civil. Por lo que muchos nos negamos a la práctica de esos ritos de fe.

*imagen: efectogamonal

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