por Rufino
Hernández
UN PASO
MÁS DE LAS GRANDES SUPERFICIES PARA HACER DESAPARECER AL PEQUEÑO COMERCIO, Y EL
PP
SU MANO EJECUTORA
Son ya
varios los días que el Diario de Burgos viene dedicando extensos espacios de
sus páginas al Mercado Norte. Es tanta la insistencia, tanto el derroche de
fotos, de titulares que vienen dedicando a este mercado, que a cualquier
avezado observador le hace ponerse en estado de alarma.
De todos
es sabido que el grupo Promecal no da puntada sin hilo, y que si seguimos
agarrados a este hilo, seguro que terminamos en algún estudio de arquitectura o
en algún despacho donde se firman contratos de construcción.
También
pudiera ser que, desde este diario, se estén allanando los caminos, no sabemos
a que precio, para que el PP a través de la concejala Carolina, pueda conseguir
que se derribe el Mercado Norte.
Hasta
ahora, excepto el grupo de Imagina Burgos, nadie está dispuesto a escuchar las
voces que se levantan para oponerse a esta decisión tomada en el equipo de
gobierno municipal:
Los técnicos del Ayuntamiento, piden
ser ellos los que deben elaborar el informe que testifique la salud
arquitectónica del edificio.
La Asociación de Comerciantes del
Casco Histórico, se opone al derribo del mercado. La FEC (Federación de
Empresarios de Comercio) también coincide, oponiéndose al derribo.
Hay veintisiete comerciantes que han
colegiado su firma para oponerse, no solamente al derribo del mercado, sino
también a unas obras descontroladas y que éstas puedan suponer un coste
excesivo de dinero.
Algunos comerciantes, con los que he
podido hablar en conversación privada, manifiestan su temor y hasta miedo al
Ayuntamiento, por lo cual no se atreven a expresar ni a estampar su firma
contra las pretensiones del equipo de gobierno municipal.
Este desoír las opiniones que se
alzan fuera de los despachos del PP, es la práctica cotidiana de este partido,
esto es lo habitual, tanto que el desarrollo de la acción sea a escala
nacional, autonómica, provincial o local.
La otra pata de funcionamiento de
este partido, cuando se trata de privatizar o externalizar una empresa, un
servicio, un inmueble etc., es someterle durante un periodo largo de tiempo a
una situación de abandono y deterioro. Así lo han hecho en la sanidad pública,
en la enseñanza pública y en tantos servicios que, después de un tiempo, han
caído en manos de empresas privadas. Estos mismos métodos los siguen aplicando
en el caso del Mercado Norte.
El abandono en que se encuentra este
centro comercial por parte de su gestor, el Ayuntamiento, es fácil evidenciarlo
en una simple visita:
Las aceras que circundan al mercado,
sufren un estado lamentable. La cantidad de puestos cerrados, tanto del
interior como de los que dan a la calle producen, cuanto menos, rechazo en el
cliente que se acerca a realizar sus compras. He podido comprobar el grado de
insalubridad en que se encuentran parte de los bajos del edificio, hoy en
desuso, y en otros tiempos dedicado a almacén y que, con poco dinero, podrían
reconvertirse en garaje.
Los comerciantes me comentan que
todos estos deterioros, más los ocultos, más los que han tardado infinidad de
tiempo en arreglarse, son utilizados por el Ayuntamiento como forma de presión
sobre ellos.
El PP, desde el Ayuntamiento, se ha
convertido en la mano ejecutora de los intereses de las grandes superficies:
Hacer desaparecer al pequeño comercio, mientras ellos siguen aumentando sus
superficies comerciales y se les favorece su crecimiento.
Esta estrategia nos la hizo saber, la
propia Carolina en el diario de Promecal:
Hace unos días, desde los mares más
profundos de la confusión y del cinismo más absoluto, surgía la concejala
Carolina Blasco, pidiendo “generosidad” a este pequeño comercio para que
apoyasen a las grandes superficies, ya que éstas, han solicitado abrir sus
puertas cuatro días más al año.
Nadie podía pensar que la osadía
pudiera llegar a cotas tan altas de obscenidad. Da vergüenza tener que escuchar
estas ocurrencias a un “responsable” político.
Todo esto deja claro la doble moral
que emana de la sede pepera de la calle Calzadas.
Por otra parte, el PSOE, después de
sus dudas, sus cambios y contradicciones sobre este asunto, por fin parece que
ya ha tomado una postura definitiva sobre el Mercado Norte, postura que, salvo
el rechazo al impresentable proyecto de la empresa Kater, apuesta por una
solución muy parecida y unos intereses muy similares a los que defiende el PP,
eso sí, con distintas palabras, aunque más equívocas.
Como decía en el artículo anterior,
el asunto del Mercado Norte no solamente es un problema de comerciantes, sino
también de todos los vecinos y consumidores de Burgos; todos tenemos el deber
de levantar nuestra voz, si queremos vencer a tanto egoísmo oculto y el derecho
a ser escuchado por el Ayuntamiento.
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