por Rufino Hernández
Nos adentramos
en el verano. Se acercan las vacaciones. Los calores se entremezclan con los
fríos y ambos con las tormentas, mientras los trigales exhiben sus hermosas
espigas, pero vacías, sin grano, todavía hay gentes que no se creen lo del
cambio climático y, si se lo creen, no les importa ¡Con tal de poner morenos sus
torsos! Y si las espigas están vacías, no es mi problema, responden.
A los gobiernos parece ser que tampoco les
preocupa, con tal de mantener sus escaños y los salarios que estos les
proporcionan ¡Qué más da! Pasen días y vengan ollas.
Con todas estas incertidumbres nos vamos de
vacaciones, dejando estas preocupaciones de unos y estos egoísmos y desidias de otros encima de la mesa; todos
necesitamos desconectar, buscar un cierto relajo a nuestra mente, a nuestro
cuerpo, aunque a veces solamente sea por justificación, placer temporal o
exhibicionismo social.
En este Burgos, el pistoletazo de salida
vacacional lo han dado los Sampedros. Aunque al sector oficial de las
fiestas, preñado de procesiones y mantillas, aún les queda dar el
último esfuerzo antes de comenzar su
hégira particular: el pleno dedicado al “estado de la ciudad”.
Antes de acometer este último pleno y cierre
vacacional, han intentado derramar una relajante capa, tipo adormidera, sobre
todos los vecinos de Burgos, con el fin de tener a la grey tranquila y sumisa,
preparada para el próximo curso.
Quizá, una de las palabras más usadas por
los políticos que ostentan el poder durante estos últimos años, haya sido la de
populismo. Pues bien, no hay
populismo mayor, que el detraer 700.000 euros de las arruinadas arcas
municipales, con los votos del PP, PSOE y C´s, para dárselas al club deportivo
Miraflores.
De todos es sabido el deterioro en que se
encuentran los espacios deportivos, del desamparo en que se encuentra el
deporte base y, si nos salimos del mundo deportivo, podríamos hacer una lista
interminable donde sería más que necesario invertir esos 700.000 euros, pero se
los dan al Milraflores.¡Qué espléndidos son con el dinero que no es suyo!¡ Qué injusto!
Han sucumbido ante las presiones de los negociantes de la hostelería, al vociferío
de la hinchada deportiva, a los intereses de una élite empresarial y, sobre
todo, han puesto los intereses de sus partidos políticos por encima de los
intereses de los burgaleses, esto si que es populismo, solamente Imagina se
abstuvo ante la votación de este despropósito.
Volvamos al estado de la ciudad. Hay que
recordar que es el primer pleno de estas características que se celebra después
de la época de Olivares, y que ha sido recuperado por los grupos de la
oposición, con la sana intención de tener una visión actualizada de las
carencias y fortalezas de la ciudad.
La
idea era buena: poner a la ciudad y a los vecinos como sujetos principales de
la acción política, pero desgraciadamente esto no ha resultado ser así, todo se
ha tergiversado.
Los
verdaderos sujetos y fines de la acción política, han sido los partidos, sus
direcciones, y la cantidad de escaños y puestos que puedan ocupar en próximas
elecciones, por ello, este debate sobre el estado de la ciudad no ha servido
para nada, ha resultado ser una pantomima más:
El PP se envolvió en un manto de demagogia
y nos ha presentado una ciudad ideal, de
jauja, lejos de toda realidad, donde dice estar llevando a cabo todo su
programa electoral adelante.
El PSOE nos volvió a recordar su
latiguillo de “izquierda responsable”, donde el señor Daniel de la Rosa intentó mostrar a un
PSOE de izquierdas, y al mismo tiempo, apoyando al PP y, todo esto, sin
despeinarse. El señor Fernández Santos, sin turno de palabra, también tuvo
ocasión de sacar a relucir su tono descalificador, su prepotencia y su
capacidad camaleónica.
La señora Bañeres ha seguido haciendo
regates, enfrentándose vivamente al PP con un discurso bien armado, para luego
seguir manteniendo a Lacalle en el poder, obedeciendo las órdenes del señor Rivera, e intentando ocultar sus vergüenzas, su penosa
actuación en el gran sainete en que se convirtió la moción de censura.
Imagina, como siempre, había preparado bien
el debate, mostrando un gran trabajo por la ciudad y con los ciudadanos de
Burgos, siendo el único discurso que inquietó a Lacalle, y al que dedicó más
tiempo en su contestación.
Pero todo lo que pasa en esta ciudad, en
estos plenos, es igual, los vecinos de
Burgos sabrán sólo lo que el señor Méndez Pozo quiere que sepan.
Lo que este “estado de la ciudad” nos ha
dejado claro, es que los plenos son una farsa, están vacíos de contenido, ya
que el rodillo utilizado por el señor Lacalle en sus tiempos faraónicos, hoy
los sigue utilizando, aunque lo haya tenido que cambiar por su derecho al veto.
Esto le permite no llevar a cabo las proposiciones que los grupos de la
oposición ganan en los plenos.
Parece ser que lo único que han ganado los
grupos de la oposición en los plenos, es que tienen más tiempo para hablar,
para exponer sus ideas.
Hablar, hablar, hablar…Esto debe ser la
democracia.
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