DE MÁSTILES Y BANDERAS

 PILLO

A mediados de Junio, me llamó la atención una noticia referida a la provincia de Burgos. Dicha noticia describía que el gobierno provincial de la diputación de Burgos, a la sazón, partido popular y ciudadanos, había destinado este año una partida de 150.000 euros para la compra de mástiles y banderas.

La noticia, y su autor, lejos de plantearse los porqués, el para qué,  y la idoneidad de la medida, continuaba destacando la grata sorpresa de dicho equipo de gobierno, ya que más de 100 municipios habían solicitado ese mástil, que tendrá 10 metros de altura y una bandera acorde con tamaña cucaña.

Otra de las cuestiones que remarcaba el periodista es que la intención una vez acabados con los 150.000 euros de este año, es continuar con la campaña el año que viene, y visto lo visto, remarcaba, quizá aumenten el presupuesto.

Lo primero que me abordó al leer la noticia fue incredulidad, de tal modo que si no estuviéramos en plena ola de calor hubiera jurado que era 28 de diciembre y se trataba de la broma anual obligada por la fecha. Muy seguido el sentimiento tornó en cierta indignación, motivada por diferentes cuestiones.

La primera aduce razones puramente prácticas, al preguntarme si esta propuesta, de alguna manera, mejora la vida de las personas que habitan en nuestro medio rural. La respuesta por muchas vueltas que pudiera darle era simplemente NO.

A la vez y de forma obligada, me planteo si esos 150.000 euros, sumados a  los más que probables 150.000 del año que viene, no podrían ocuparse en algo tan insignificante como mejorar realmente la vida de la gente. Esa respuesta lógicamente era sí.

Se me ocurren, igual que a cada una de las personas que estéis leyendo esto, unas pocas cosas a las que se podría dedicar ese dinero, esfuerzo e incluso la dedicación de los lumbreras que han adoptado esa medida sujetándose el cubata. Algunas pasan por dignificar a las trabajadoras de servicios dedicados a las personas dependientes de la provincia. Otras a mejorar o crear transporte colectivos y/o a demanda entre municipios. ¿Quizá podamos ocuparlo a no eliminar urgencias de determinados pueblos?

Seguramente podríamos continuar un largo rato, pero esta página no da para más, ni lo pretende.

Mientras todo eso se arregla, recordad, que siempre podremos pararnos al lado de un palo de 10 metros y observar como ondea un trapo al viento, cuyo susurro en nuestro oído seguro que es: “mira que sois jilipollas”.