por Rufino Hernández
El Ministerio
del Interior y la subdelegada de Madrid, señora Cifuentes, ya tenían bien
estudiado la capacidad de movilización y lo que podía representar y convertirse
el 22M. Más de dos mil policías fueron movilizados. Nunca un contingente tan
amplio de fuerzas de seguridad, o inseguridad, según se mire, habían patrullado
las calles de Madrid.
Las paradas y cacheos que por parte de la Guardia Civil , altamente armada
y con actitud amenazante, realizaron a los autocares que desde provincias se
trasladaban a Madrid, fue un anticipo, una muestra que daba a conocer la
intencionalidad ministerial: meter miedo y exacerbar los ánimos de los
manifestantes.
Esta misma actitud amenazante se respiraba
por todo el recorrido de la
Marcha por las calles de la capital del Reino. A estas
alturas, ya no cabe la menor duda, de que esta amenaza policial, se convirtió
en provocación.
Lo demás, ya se sabe: desacreditar,
criminalizar, silenciar a los más de dos millones de manifestantes que, de
forma pacífica, ordenada, acudieron a la gran manifestación. Después vendrían
los tertulianos pesebreros y los del TDTparty, para completar la jugada y
estrategia del Ministerio del Interior y de Subdelegación madrileña.
Los métodos y fines que persiguen están
claros: la REPRESIÓN. No
quieren darse cuenta que su tiempo ha terminado, que comienza una nueva era,
que el pueblo no aguanta más paro, más recortes, más desahucios …, más
humillaciones. El pueblo exige dignidad, participar en el reparto de la
tortilla, de la economía nacional. Por otra parte, el mencheviquismo que
ejercen los sindicatos llamados mayoritarios, en la manifestación han
demostrado ser minoritarios, y el partido de la rosa, ya no rosa si no
descolorida, han sido superados en la práctica política diaria, las Marchas han
dejado plasmada esta nueva realidad.
En Burgos, en Gamonal, las cosas siguen por
el mismo camino, no han aprendido nada. Nuestro señor alcalde sigue encerrado
en si mismo, en hacerse fotos para rellenar la revista Plaza Mayor. Parece ser
que, además de las fotos, su única misión es tirar de la cuerda cada vez que
sus títeres concejales tienen que levantar su brazo de madera para votar en los
plenos, como digo en anterior escrito. Este equipo de desgobierno se comporta
como si fueran dueños del cortijo, como si por herencia les pertenecieran los
cargos, cuando ellos, simplemente son
unos delegados, unos inquilinos, y por tiempo limitado.
Los ciudadanos que el pasado día once
quisieron acudir al pleno municipal, que se celebraba en la Casa Consistorial , la casa de
todos los vecinos, lo tuvieron que hacer con el DNI en la boca. Un pleno
vigilado por dos policías nacionales, dos municipales, más los secretas y los
guardaespaldas, todos con miradas amenazantes. Es la orden que deben recibir
por parte de la alcaldía. Estas son las respuestas a las luchas de Gamonal: la REPRESIÓN.
Nuestro barbilampiño regidor tampoco se ha enterado,
o no se quiere enterar del cambio de ciclo. Un nuevo ciclo en el que los
vecinos denuncian y exigen una verdadera participación ciudadana en la cosa
pública, en el Ayuntamiento, un verdadero control de los gestores de la Casa Consistorial , evitar
corrupciones y corruptelas, controlar el porqué de tantos puestos de trabajo
puestos a dedo y de libre designación. Los vecinos quieren participar en la
elaboración de los presupuestos de la ciudad, en definitiva, quieren intervenir
y expresar que clase de ciudad quieren para ellos y para sus hijos, quieren que
la ciudad sea un lugar de convivencia y solidaridad, en oposición al concepto
ahora imperante: de concebir a la ciudad como un lugar de negocio,
enriquecimiento, prestigio y poder, para un pequeño grupo o casta.
El monstruo está nervioso. El sistema ha
caído en una de sus profundas contradicciones: con su ambición de amasar
fortuna, han bajado los salarios, han extendido los recortes hasta vaciar todos
los rincones, han esquilmado al pueblo. Fruto de ello, el pueblo no puede
comprar los productos que necesita, esta es su crisis y esta nuestra
indignación.
La represión, es la forma que tiene el poder
económico y sus correveidiles políticos para mantenerse en el poder y superar
su crisis. El pueblo necesita, para enfrentarse a esta situación, más ORGANIZACIÓN. Se llena uno de esperanza
al ver como se está organizando la segunda Marcha hacia Madrid, como se va
tejiendo la organización a nivel local, provincial autonómico y nacional.
En el campo ciudadano, aquí en Burgos, en Gamonal,
también hay que seguir fortaleciendo la organización, ya no vale la oposición a
la obra o intervención que el Ayuntamiento quiera realizar, sino que hay que
exponer y exigir el como y la clase de barrio, de ciudad que queremos; no
solamente en su construcción, en su cultura, sanidad, trabajo, educación,
vivienda, consumo…Si los proyectos organizativos se hacen en este sentido, esto
sería sacar lo positivo de la crisis, el no hacerlo, sería dejar a este poder
político-económico-financiero, que hoy nos desgobierna, el que siga pasándonos
por su rodillo.
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