por Rufino Hernandez
Pasear por la Isla , por el paseo de la Audiencia o por el
Espolón durante cualquier época del año, es un lujo que Burgos ofrece al
caminante. A mí, este paseo me gusta
hacerlo por las mañanas, temprano, cuando las calles de la ciudad están vacías,
libres de tanto ir y venir, sin bares ni comercios. Es cuando encontramos a la
ciudad en su verdadera esencia, en su profundidad, en su verdadero ser.
Cada estación del año nos
ofrece un espectáculo diferente. Paseaba este último domingo bajo sus pelados
chopos, dejándome influir por su postura y su quietud: Les vi desnudos, en
actitud de hibernación, con las manos entrelazadas y con los puños apretados.
No hay puños tan enormes y tan bien formados como los que se exhiben en el
paseo de la Audiencia
y en el Espolón, sin duda son los más potentes de Burgos.
Mi pensamiento me llevó a
imaginar las nuevas ramas y hojas que nacerán de tan potentes puños. Empecé a
unir ese esperar de puños unidos con la esperanza y el resurgir de una nueva
primavera, con sus nuevas ramas, hojas y frondas. Estas meditaciones me
llevaban a buscar escenarios donde convertir mis reflexiones en metáforas que
expliquen realidades, de esta manera empecé a explicarme lo acaecido en las
recientes elecciones griegas, y empezar a vislumbrar las próximas municipales,
aquí, en Burgos.
Estaba en estas
liberaciones interiores, cuando me vuelve a la realidad el saludo de mi amigo
Andrés. Después de saludarnos muy afectuosamente, hice el gesto de entrar al
bar el Espolón a tomar un café, a lo que mi amigo me dijo:-Aquí, no, éste no
paga el alquiler al Ayuntamiento. – Con este comentario nos fuimos hacia el Hondillo.
Le cuento mis últimas
reflexiones y, sin dejarme terminar mis palabras, Andrés comienza a
despotricar:-¡Las elecciones de Burgos! ¡Pobre Javi, no sale de sus
tribulaciones! ¡Sin ninguna obra que inaugurar durante la próxima campaña!
Solamente le quedan los aparca- bici, ¡ah!, y la boina de la plaza toros, pero en esta inauguración, me temo que
nada más cosechará los aplausos de Méndez Pozo.
Él, que iba de faraón, de sobrado, de
megalómano, ahora mendigando para
encabezar las listas peperas, haciéndose fotos con la churrascada Rita Barberá,
y colocando alfombras en la convención impopular. Pobre Javi, no se si aún le
quedará algún suntuoso viaje con Fernando Gómez, o volverá a hacer alguna
visita más a las obras de la calle de las Delicias; me acercaré a él, por si le
tengo que recomendar algún psicólogo.
¿Y el Dani de la Rosa ? A pesar de su juventud,
llega con la flor marchita, por más agua que echa al tiesto, parece ser que el
clavel no revive. Están abocados a un nuevo tropezón, no se como quedarán de
esta nueva caída las cervicales psoistas.
Lo que está claro, es que,
en esta legislatura que termina no ha habido gobierno, si no un contubernio del PP y amiguetes, con un
pequeño grupo del poder económico, encabezado por el jefe de Promecal. Tampoco
ha habido oposición, salvo las discordantes voces de Fernández Santos, y el
concienzudo trabajo, pero individual y aislado, de Raúl Salinero.
Una esperanza se abre
ante la próxima legislatura, y es que seamos capaces de estar a la altura de lo
que reclama y exige la mayoría de la sociedad burgalesa: Que olvidemos los intereses
personales y de grupo, y construyamos una candidatura de unidad popular, pero
no solamente para ganar las próximas elecciones, si no para el día después,
para entender y gobernar la ciudad de Burgos de otra manera: Donde el ciudadano
se sienta dueño de su ciudad, y todos los recursos que ésta produce se pongan
al servicio de sus vecinos y, éstos, puedan exigir sus derechos y aportar sus
obligaciones.
-¡Te has despachado bien!
¿Te habrás quedado a gusto?- Le dije a Andrés, mientras agotaba las últimas
gotas del café.
-En estos momentos, con
los problemas que estamos viviendo, no podemos permanecer callados, hay que
levantar el grito.
- Con este último
comentario de mi amigo, nos despedimos, era la hora de volver a casa.
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