______________________________por Rufino Hernández
Los campos comienzan a reverdecer. Crecen los días y aparece el nacer de
los trigales que nos lleva a estados de esperanza.
Son otros colores que día a día van proliferando por calles y plazas:
son los marrones, y estos, en las solapas. Son los nuevos lazos que nos hablan
de abandonos, de desigualdades, de lucha reivindicativa, de una generación que
se arriesgó para arrancar derechos a un estado en tiempos de dictadura, que
trabajó para extender estos derechos forzando la construcción de una nueva
democracia.
Hoy esta generación se encuentra con los herederos de aquella dictadura
subidos al carro de la democracia y, desde este carro llamado gobierno, les
vuelven a arrebatar aquellos derechos y aquel concepto de democracia que con
tanto esfuerzo habían conquistado.
Este vaivén de la vida nos viene a decir que no hay conquista perpetua,
que si se conquista y no se defiende lo conquistado, la pérdida de todo ello es
segura, y es ahí donde hoy nos encontramos. Pero hay más, aquel pueblo que
corrió delante de los grises, delante de los antidisturbios, que fue apaleado,
encarcelado, que perdió o mejor dicho, le echaron de su puesto de trabajo por
buscar la creación de un mundo mejor, les fueron arrebatados sus esfuerzos por
un partido político, otros, la mayoría, se los entregaron para que los
gestionara y, después de entregárselos, se echaron a dormir, así empezó la
democracia delegada.
Aquel PSOE, aquel Felipe
González que tantas ilusiones despertó, fue el mismo que provocó la llamada “generación
del desencanto” y que después de trece años en la Moncloa, dio paso a los
gobiernos reaccionarios de Aznar.
Hoy nos encontramos con los
herederos de aquella dictadura y de aquel Aznar en el Gobierno, con un PP
corrompido hasta las orejas “gobernando” con unos presupuestos aprobados
gracias a la abstención del PSOE, y con un pueblo adormecido por los señuelos
del sistema: consumismo, hedonismos, distracciones en las redes de internet….,
y hasta resignado a los 426 euros y a contratos de veinticuatro horas.
Nuevamente aquel Felipe González, hoy, desde su puesto de trabajo en la
cúspide del oligopolio eléctrico, viene a proponer una nueva abstención que
facilite un gobierno PP-C´s. Nuevos
robos, nuevas traiciones de un PSOE que presume de sus 130 años de historia,
pero que se oculta y se disfraza ante sus cuarenta años de vacaciones, ante sus
últimos más de cuarenta años de servidumbre a este sistema neoliberal que nos
explota, de servidumbre a los partidos neoliberales que lo encarnan y regentan.
Todo esto podría parecer una abstracción, una pérdida de tiempo en la
memoria si no fuera porque hoy día, minuto a minuto, está teniendo
consecuencias en esta España, en este Burgos en que vivimos, donde las
injusticias nos cachetean la cara.
En estas mismas páginas ya he hablado otras veces de la doble cara y
proceder del Pesoe burgalés, fijándome en
sus dos personajes más conocidos: el señor Fernández Santos y el señor
de la Rosa.
Ha comenzado la campaña electoral. El señor Fernández Santos ha
aumentado el volumen de sus gritos, de sus descalificaciones, de sus
improperios. Tiene la triste tarea de seguir manteniendo al PP en la Alcaldía, de tapar los acuerdos y
felonías que su partido hace y firma con la derecha, para que más tarde, a la vuelta
de la esquina, colocarse la careta de izquierdista. Es la imitación a lo que
hacen sus compañeros a nivel estatal y autonómico, (recientemente, y desde la
Junta de CYL han bloqueado la comisión de investigación de las Cajas de Ahorro,
quizás porque encuentren tantos compañeros pesoistas como peperos implicados).
Y, el señor de la ROSA, a pesar de estar propuesto por su partido para la
Alcaldía de Burgos, sigue siendo el seguidista, el sumiso monaguillo de su
veterano mentor.
Es inentendible las rocambolescas piruetas que esta pareja de
“socialistas” está haciendo respecto al Parque de Artillería: se presentaron
muy ufanos por haberse puesto de acuerdo con todos los grupos de la oposición,
por haber sacado adelante una proposición que impedía la construcción de
viviendas en el Parque de Artillería, por haber conseguido unos terrenos para
el Ayuntamiento a coste cero, Fernández Santos sacaba pecho y se vanagloriaba
de la victoria, pero a los pocos días dio el bandazo, se desdijo de lo dicho y
anunció que estaba dispuesto a negociar con la empresa Riodaser, empresa que
depositó una fianza, y por tanto tiene derecho una opción a compra de los
terrenos de Santa Bárbara.
A los pocos días se publicó el historial de esta empresa riojana.
Riodaser tiene una larga trayectoria de chanchullos, de pelotazos éticamente
inaceptables, pero esta pareja de “socialistas” erre que erre, siguen
dispuestos a reunirse con los especuladores, olvidando a las asociaciones y
vecinos del barrio.
Hasta la señora Bañeres (C´s) les
ha tenido que llamar incoherentes, eso sí, han recibido el aplauso del alcalde
y el respaldo del Diario de Burgos (recuerden quién es su dueño). Está claro
con quiénes coinciden y a quiénes sirven estos dos señores.
Solamente la movilización
vecinal, la historia así nos lo dice, puede conseguir que la ciudad de Burgos,
y en este caso el Parque de Artillería, estén al servicio de los ciudadanos, no
al de los especuladores. Es tarea de todos y de todas, y son los vecinos los
que han de ser los protagonistas.
No hay comentarios:
Publicar un comentario