EMOSIDO ENGAÑADO

 ECOLOGISTAS EN ACCIÓN

Este año el Premio Atila se lo hemos dado al alcalde, Daniel de la Rosa, porque no se toma en serio la movilidad sostenible. El año pasado se lo llevó el vicealcalde, Vicente Marañón, por Burgos Río. Y la anterior convocatoria, el exalcalde y hoy senador, Javier Lacalle por querer hacer un túnel en el cerro del Castillo o un aparcamiento en La Quinta. No es que tengamos fijación por los cargos electos, pero es que vaya tela.

Como este número de El Perdigón es redondo, nos sentimos en la obligación de echar un poco la vista atrás. Por suerte el túnel no se perforó, ni los coches aparcan en La Quinta; pero no es que Burgos esté a la vanguardia de las ciudades del siglo XXI en lo que a medio ambiente y movilidad se refiere. Y si no te lo crees, vete en bici por el centro.

En el gobierno regional mejor ni entramos. Nos duele tanto tener a la ultraderecha gobernando con su discurso del odio… Hace unos cuantos Perdigones vaticinábamos que Suárez-Quiñones iba a caer y dejaría de ser consejero de Medio Ambiente. Dos legislaturas después ahí sigue. Nosotras también, más mayores y más cansadas, pero no solas. Las alianzas entre los movimientos sociales, vecinales y ecologistas siguen tejiéndose, y falta que nos hace. Pero, sobre todo, la juventud que lucha por el clima y la justicia es una realidad imparable.

Mientras, los titulares de prensa siguen centrándose en supuestas plazas de aparcamiento que se perderán, en vez de ilusionar con lo que va a mejorar la calidad del aire en ese entorno y las posibilidades que da un espacio público libre de coches. Los pisos en el solar de Artillería siguen construyéndose y el aeropuerto chupando dinero para ver si se puede emitir gases de efecto invernadero también desde el cielo de Burgos. Nos hacen creer que necesitamos el AVE, en vez de más transporte público (a los polígonos, por ejemplo) o más zonas verdes y de esparcimiento con árboles, muchos árboles.

Vamos tarde y aquí seguimos, financiando los fastos del centenario de la catedral para mayor gloria del señor Méndez Pozo. O votando en contra (todos los partidos con representación municipal, excepto Podemos) de reducir el tráfico, y en consecuencia la contaminación, inseguridad y ruido, en los entornos escolares. En fin, que nos da la bajona y lo que queremos es celebrar los cien números de El Perdigón, que bien merece una fiesta. Y nosotras también, que ya lo dijo Emma Goldman, si no podemos bailar no es nuestra revolución.